Como decíamos anteriormente la complejidad del mercado laboral ha crecido exponencialmente, primero a nivel normativo y social con legislaciones cada vez más exigentes, que nos obligan a poder demostrar y justificar nuestras decisiones en el área laboral y social, para poder de cumplir con políticas de igualdad, no discriminación y un largo etcétera de casuísticas que afectan no solo a la compañía grande o mediana sino también a las pequeñas
Segundo aspecto que nos afecta para tener que adoptar la evaluación de desempeño es el teletrabajo, ya que es muy importante poder medir los resultados de un colaborador o el rendimiento de un equipo a la distancia y darles el feedback apropiado que los mantenga motivados e implicados.
Mark Murphy experto en gestión del Talento afirmaba que con el trabajo en casa los métodos de evaluación de desempeño son más necesarios e incluso tenemos el caso de que algunas personas están trabajando más de lo que hacían durante un horario presencial en la oficina y tenemos que ayudarlos a poner límites.
Murphy señala que, sin un feedback constante, los colaboradores podrían sentirse en una situación de incertidumbre y ansiedad, especialmente por no tener a alguien al lado que les diga si lo están haciendo bien o lo están haciendo mal desde sus casas.
Un tercer aspecto es la mayor demanda social de trasparencia, ética y trato justo en las empresas que exigen modelos de medición del desempeño, basados en la transparencia de los datos, las decisiones sobre las personas y los procedimientos de gestión.
Por último la tecnología que permite poder despedir de forma tan inhumana y aberrante enviado un simple whatsapp como en el caso de la Comunidad Valenciana, qué comunico por Whatsapp el despido de los sanitarios de refuerzo, también tiene el lado positivo .
Y es que ya pueden construir y desarrollar aplicaciones, muy sencillas e intuitivas, de fácil manejo y que hoy están al alcance de medianas y pequeñas compañías logrado desarrollar estrategias de gestión de recursos humanos que antes solamente podían hacer las grandes empresas invirtiendo en costosos desarrollos informáticas , lo que redundara en trabajadores más valorados e implicados Vemos por tanto, como el siglo XXI es una nueva era de posibilidades de feedback y de oportunidades para el desarrollo de nuestros colaboradores